Cómo conservar a la buena persona jefe y esquivar a la tóxica en 2022

viernes, 7 de enero de 2022

La incertidumbre ha puesto a prueba el liderazgo en las organizaciones y eso ha servido para que much@s profesionales decidan quedarse o huir de su empresa. ¿Existe el/la jefe/a perfect@?

¿Qué tienen Antonio Banderas o Rafa Nadal que les convierte en los mejores candidatos para dirigir una empresa? Quienes así lo han decidido son los participantes en una encuesta que ha realizado Alares, y que también identifican a Rozalén y a Andreu Buenafuente como los jefes con los que desearían trabajar...

Que l@s jefes/as cuentan a la hora de repeler talento es más que evidente. Cabe preguntarse si, de la misma manera, contar con un buen/a jefe/a es la mejor fórmula posible para atraer talento.

Para Warren Buffet no hay duda. Sugiere olvidarse de la empresa o del empleo ideal cuando buscas trabajo. Recomienda dar con el mejor jef@ como la mayor garantía para el éxito profesional. Hace un par de años, el empresario estadounidense daba el siguiente consejo a un grupo de estudiantes: "Antes de pensar en escalar en la vida corporativa y en conseguir el currículo perfecto que nos proporciona el trabajo ideal en la compañía soñada, lo sensato es elegir aquella organización en la que haya personas que uno admira. No tiene sentido decidirse por una empresa o un trabajo sólo porque éste vaya a quedar bien en nuestro currículo. Eso no se puede comparar con la fortuna de encontrar un jef@ admirable que pueda abrirte la puerta a nuevas oportunidades. La idea es que decidamos trabajar con quien más admiramos. Y eso nos hará saltar cada mañana de la cama para ser felices en el trabajo y obtener buenos resultados".

 

Y entre los que despiertan ese entusiasmo en el mundo se encuentran nombres como Mark Zuckerberg, creador de Facebook -hoy Meta-, Bill McDermott y Jim Hagemann Snabe -coCEO de Sap- o Dominic Barton -director general de McKinsey hasta 2018-. Estos tres directivos encabezaron el ránking que elaboró Glassdoor a partir de las críticas publicadas voluntariamente por los empleados que respondieron a la siguiente pregunta: "¿Aprueba usted la forma en que esta persona se encarga de la tarea de dirigir esta empresa?".

La dirección deseada

Una persona jefe que pase la prueba del algodón, que se gane el sobresaliente o la matrícula de honor de toda la plantilla es la excepción. Existe algo que se llama empatía y que es una capacidad ligada a las emociones, en la que la objetividad queda al margen. Sin embargo, sí que hay determinadas características que comparten algun@s de los mejores jef@s, en este caso, aquellos que demanda el momento de incertidumbre en el que nos encontramos.

La cultura

Si estás pensando en cambiar de empresa conviene que, antes que nada, analices cómo ha evolucionado esa compañía en los últimos dos años. Cuidar la cultura corporativa es el elixir de la productividad y el éxito de las mejores empresas para trabajar y, a menudo, depende de quién se encuentra al frente. "Una mala cultura corporativa no es el mejor lugar para desarrollar el liderazgo, que lógicamente tendrá como reto cambiarla", afirma Ramírez.

Los digitales

La digitalización intensiva provocada por la pandemia ha sacado a la luz lo mejor y lo peor de las personas que son jefes. Chapado asegura que "un buen líder debe saber seleccionar e incorporar la tecnología que hace mejor su negocio", una tarea no apta para los más tradicionales. Y Alcoba insiste en que la digitalización debe apoyar la estrategia, "pero si no hay estrategia, ni la digitalización ni ningún otro factor resultará determinante. Los líderes deben ser conscientes de cuáles son los porqués y los paraqués de cada euro que se invierte en tecnología".

"El manejo de las nuevas tecnologías es un punto de inflexión fundamental que ha marcado un antes y un después en las competencias de un buen líder actual, donde casi el cien por cien de las vías de comunicación son virtuales".

La gestión

Los colaboradores, la gestión y la cultura corporativa son algunos de los factores que desenmascaran a un buen o mal jefe. Fernández explica que, en el entorno actual, mundo VUCA -acrónimo en inglés de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad-, comienza a quedar atrás, pasando al mundo BANI -Brittle, quebradizo; Anxious, ansioso; Non lineal, no lineal; e Incomprehensible, incomprensible-. "La clave es tener un propósito claro de 'para qué'. Esa visión es crítica en un buen jefe, a la par que una buena organización".

Los expertos no parecen llegar a un acuerdo en la vinculación entre liderazgo y gestión. "L@s jefes/as son como el vino: no hace falta ser un expert@ en management para saber sin son buenos o malos".

La aceptación

Un mal/a jefe/a puede resultar devastad@r para una organización, pero hasta que salen de ella, l@s profesionales se ven obligados a lidiar con ese mando tóxico, porque no siempre es posible huir tan rápido como se desea de una persona jefe. Chapado matiza que antes que nada hay que distinguir entre una persona jefe inmoral y corrupta -para el que todo vale-, y una persona jefe inútil, incompetente e ignorante. Asegura que ambas son muy peligrosas y conviene ser precavidos: "Con la primera hay que saber guardar las distancias. Y a la segunda hay que mostrarle el camino e instruirle sobre aquello que no es capaz de ver". Recomienda cuidado y delicadeza, a partes iguales.

Fernández asegura que ante un mala persona jefe sólo hay dos opciones: abandonarla o sobrevivir de la mejor manera. Para esto último aconseja ser persona empática, proactiva, brindarle apoyo cuando sea necesario y ser persona colaboradora. En opinión de Ramírez la única solución posible es "dialogar y, en un tiempo prudencial (más bien corto), cambiar de área o empresa. Los profesionales no se van de la empresa... huyen de sus jefes".

El dinero no siempre da la felicidad

  • Tener un buen sueldo es una prioridad para la mayoría de las personas trabajadoras, pero un estudio de Nexian -red nacional de agencias de RRHH- confirma que el 60% de l@s profesionales españoles opta por tener una persona jefe honrada, humana y comprensiva en su equipo antes que por un incremento salarial.
  • El salario emocional continúa siendo un valor al alza en las organizaciones. Y entre los ingredientes que integran este paquete se encuentran los nuevos modelos de trabajo, el desarrollo de carrera, la flexibilidad, la comunicación y todos aquellos elementos que mejoran la satisfacción laboral y que, casi siempre, dependen de una buena dirección.

¿Está aquí tu jefe/a?

Conocer a quien te manda te ayudará a gestionarlo. Un estudio de Monster describe la última tipología en la fauna de oficina referida a los jefes. Compruebe si está el tuyo:

  1. El mártir. Ha hecho, hace y siempre hará cualquier cosa por el bien de la empresa. Estará allí mucho después de su jubilación, por lo que es mejor aprender a lidiar con él desde el principio.
  2. El 'screamer'/chillón/a. Piensa que se saldrá con la suya si eleva la voz. Si puedes llevarte bien con él/ella, ganarse su respeto y confianza, tal vez puedas ayudarle a guiarle a tonos más bajos.
  3. El 'fearmonger'/traficante/a de miedo. Todo el mundo hace lo que dice una dirección temible. Lo bueno es que no puede durar. Agotará a tod@s l@s emplead@s que tenga, y el resultado final de una organización no puede sostener los costos involucrados.
  4. El manipulador/a. Es la persona maquiavélica, extremadamente inteligente y una de las más peligrosas, siempre tiene un plan secreto. Lo mejor es ser abiert@ y honest@ con ella.
  5. El despistado/a. Puede ser un buena gerencia que está distraída en este momento. La mejor manera de lidiar con ella es enseñarle y ponerle al día. 
  6. El alumno/a de la vieja escuela. A pesar de su resistencia a seguir adelante, tiene una gran cantidad de información y puede contribuir a los mejores intereses de su empresa. Recuerda que "nuevo" no es necesariamente mejor, es "diferente". Mira si puedes llevarlo a ese punto.
  7. El 'Dios'. Proclama su rango. Sigue sus reglas y crea la ilusión de que está haciendo las cosas a su manera.
  8. El teflón. El antiadherente, especialmente destaca en los asuntos públicos. Cualquier culpa se le escapa. Es más una molestia que un peligro. Al tratar con él, es mejor mantener cuentas y registros detallados de sus conversaciones.
  9. El/la perfeccionista. Es una persona microgerente al que le gusta controlar todo su trabajo. El comportamiento es obsesivo y le deja con muy poca confianza en sus propias habilidades.
  10. El/la gran jefe/a. Persona motivadora solidaria, trata a todo el mundo con justicia sin importar la política. Se comunica, mantiene una política de puertas abiertas y anima a otr@s a seguir su ejemplo. Lidera con el ejemplo, proporciona una formación superior y un entorno de trabajo positivo. Tiene visión, no tiene miedo y no grita. Entrena a su personal y, cuando l@s emplead@s se vayan, hablarán de ella durante mucho tiempo.


Fuente: Expansión

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